Julian Dare no sólo era guapísimo y rico: también era el heredero de un condado. Así pues ¿qué necesitaba un hombre que lo tenía todo? La inocente y hogareña Verity Ewing se había propuesto ofrecerle su corazón, el regalo más preciado de todos. // Lavinia Spencer había estado ahorrando afanosamente para agasajar a su familia con una verdadera cena de Navidad. Días antes de las fiestas, su herman